Una joven revolucionaria: la conciencia prevalece sobre cualquier ley

Alemania, 1943.nazi

Sophie Scholl era una estudiante alemana revolucionaria de 21 años cuando el ejército nazi decidió terminar con su vida.

 

Con 12 años entró en la Liga de Muchachas Alemanas, organización femenina de las Juventudes Hitlerianas, donde proporcionaban una determinada educación a los jóvenes  y entrenamiento militar para que cumpliesen obediencia al régimen nazi.

¿Por qué se unió a las Juventudes Nazis?
-Decían que Hitler daría gloria al país. Buena suerte y fortuna, todo el mundo tendría trabajo y pan. Seríamos libres y felices. – Sophie.

Sophie, al igual que la mayoría de los alemanes, cayó en la manipulación de Hitler. Pero supo ver la realidad y salir de aquella mentira y barbarie. Comprendió la visión agresiva del nazismo tras el arresto de sus hermanos y amigos en 1937, por participar ilegalmente en el Movimiento de las Juventudes Alemanas. A partir de entonces se declaró opositora de los nazis.

Era estudiante de biología y filosofía en la Universidad de Múnich, tenía talento para el dibujo y la pintura y era una gran lectora interesada por temas de teología. Todo esto constituía su mundo alternativo al mundo nacionalsocialista.

Su hermano Hans Scholl estudiaba Medicina en la misma universidad, le presentó a sus amigos y se reunían de vez en cuando por su común interés por el arte, la música, la literatura, filosofía y teología, también hacían excursiones a la montaña, asistían a conciertos, museos, conferencias. Estos jóvenes fueron conocidos a la larga por su postura política.

Sophie solía reunirse con artistas, filósofos y escritores, la ayudaron en sus creencias cristianas y debatían acerca de cómo debía actuar un individuo bajo una dictadura.

Fueron apareciendo en Múnich pintadas en las paredes y panfletos en la Universidad sobre un movimiento opuesto a la guerra y al gobierno, llamado “La Rosa Blanca“, creado por Hans Scholl y amigos suyos, y al que Sophie se unió cuando supo de su existencia.

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Sophie Scholl y miembros de la Rosa Blanca

Sophie se encargó de trasladar a otras ciudades propaganda del movimiento y ayudar a conformar células a nivel nacional.

Los chicos de la Rosa Blanca eran veteranos de guerra, habían combatido en el frente francés y en el ruso. Y eran testigos de las atrocidades nazis, tanto en el campo de batalla como en el Holocausto.

El 18 de febrero de 1943 la Gestapo pilló a Sophie y a su hermano repartiendo folletos en la Universidad y les llevaron arrestados en el momento.

Sophie fue sometida a un duro interrogatorio, en el que podemos ver a una joven luchadora, con ideas muy claras, sin renunciar su postura contra Hitler.

La Rosa Blanca al no renunciar a sus ideas, o como decía Sophie, a su conciencia, les llevaron a juicio para condenarles a muerte o liberarles, pese a que eran jóvenes, estudiantes, incluso alguno con mujer e hijos pequeños, los Nazis no dudaron en que nadie podía rebelarse a ellos. Tres días más tarde serían ejecutados en la guillotina.

Su gran fe en Dios es lo único que la salvó de su terrible final… y tener la certeza de que ella no cayó en la terrible mentalidad nazi.

Las últimas palabras a su madre fueron que no se separara de Jesús y que ya se verían en la eternidad. Y lo que ella dijo antes de ir a la guillotina fue: “Sus cabezas caerán también“.

Con esta joven también podemos ver la importancia de estar muy formado y tener buenos estudios, para poder ser libres de pensamiento y no dejarnos manipular por cualquier orden superior.

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La organización continuó operando, elaboró un séptimo panfleto y creció en células clandestinas con el objetivo de aumentar la resistencia contra el Régimen nazi.

 

Si os habéis quedado con curiosidad de saber más sobre esta gran joven revolucionaria, lo podéis ver en las películas: “Los últimos días de Sophie Scholl” (donde aparece el interrogatorio al que se enfrentó) y “La Rosa Blanca”.

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